321km. 9h.
Madrugamos bastante y recorremos las desérticas callejuelas de la medina hacia el parking donde nos reencontraremos con nuestras monturas. Salir de Marrakech será mucho más fácil que entrar, aunque no inmediato. En un ratillo ya tenemos carretera por delante… ¡qué ganas! Las ciudades marroquíes pueden conmigo, de verdad. Son diferentes, exóticas si quieres y tienen su encanto, pero cuando las abandono me lleno de satisfacción. Iremos hacia el este a buscar el Atlas.
Repostamos en la última gasolinera antes de meternos en el «fregao».
La N9 empieza a serpentear como una culebra ascendiendo cada vez más acusadamente hasta llegar al Col du Tichka, a 2260. Se trata del paso por carretera más alto de Marruecos.
Hace frío, aquí no se quita el casco ni el tato.
No había mucha nieve, desde luego la carretera estaba totalmente despejada, aunque al parecer semanas antes había nevado bastante.
Seguimos hacia Aït Ben Haddou tomando la carreterita P1506 que nos alejará de la civilización.
En lo más alto, hay un mirador al que se accede por una pista de tierra cortita que nos brinda unas vistas espectaculares del valle, con piedra magníficamente dispuesta para la foto.
Seguimos hacia la ciudad amurallada de Ait Ben Haddou. Aquí han localizado películas míticas como Lawrence de Arabia, Gladiator y ha servido de escenario a Juego de Tronos para representar Yunkai.
Recorremos la kasbah llena de tiendecitas.
Algunos subieron a lo más alto por las empinadas escaleritas. Otros no tuvimos valor vestidos de motero, aunque las vistas merecen el esfuerzo.
Se nos está haciendo tarde, así que toca seguir hacia Boumalne por la ruta de las 1000 kasbah.
Pasaremos Uarzazate donde se encuentran los estudios cinematográfico Atlas, los más importantes de Marruecos. Aquí también rodó Juego de Tronos, representando a la ciudad de Pentos.
Ya llegando a Boumalne, en una gasolinera, nos encontramos a unos ingleses que estaban haciendo un viaje por Marruecos con unas mini motos. Unos cracks.
No nos quedan nada mal, ¿verdad? Igual la próxima vez que vengamos…
Llegamos al hotel que está a las afueras y nos ofrece unas vistas espectaculares.
Después de la ducha reglamentaria, algunos todavía tienen ganas de ir al pueblo. A otros sólo de pensar en pillar la moto vestidos de paisano con el frío que hace nos echa para atrás así que nos quedamos descansando y todos caben en los coches.
¡Que estamos a 1850 metros chavales! Hace frío y una harira calentita entra de vicio.
Mañana empieza el offfrrrrrouuudddd!!!!!!!!
Pedazo de etapa y de viaje 🙂
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Mas, mas, maaaaaaas
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Que bonita la nieve en el desierto…
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