Días 17, 18 y 19. La vuelta a casa: autovía, atascos y averías.

Días 17, 18 y 19. Hirstshals – Hannover – Lyon – Valencia (665 km + 1034 km + 990 km)

La etapa final del viaje, como ya os adelantaba carece de atractivo y la relataré como un bloque, porque así lo vivimos; un montón de kilómetros y horas sobre la moto separadas por unas (pocas) horas en posición horizontal.

Salimos de la casa de las arañas después de visitar las catacumbas de la misma temprano pero sin exagerar. Hoy nos esperaba una etapa de menos de 700. Pan comido.

En un rato nos plantamos en Alemania y no tardamos en sufrir los atascos kilométricos. De locos! Nos comentaría más tarde el dueño de la casa donde dormimos que eso es el pan de cada día en verano en Alemania. Es como el Madrid de Europa, muchos turistas usan sus carreteras para ir de aquí a allá.

Condujimos por el arcén muuucho rato. En ocasiones entre los coches por no haber arcén, algo que veo peligroso y más con las maletas, pero la alternativa era hacer cola y morir de asco, así que GO!

Pasamos un día angustioso por el tráfico, la lluvia y por el cambio de la dinámica del viaje: pasamos de la felicidad al sufrimiento conforme nos embarcamos en aquel ferry.

Llegamos por la tarde a una casona muy chula y espaciosa en un pueblo llamado Seesen (158€ los siete) y nos concedimos una cena en una pizzería para subir los ánimos.

Todo esto, claro está, después de hacer mi ritual con la cadena… engrasarla a conciencia y jugar con la tensión pícaramente. Porque no os he hablado mucho de la cadena en capítulos anteriores, tenía mejores cosas sobre las que centrar la antención… pero desde Nordkapp aproximadamente ha sido una fiesta diaria.

Esta cadena llevaría unos 15.000km cuando empezó a dar por saco. Presentaba una tensión irregular propia de un eslabón gripado. La fui engrasando generosamente a diario (incluso en alguna parada a comer) y controlando la tensión para que no pegase tirón cuando llegase la parte tensa pero tampoco fuese dando saltos. Tarea difícil.

Bien, a estas alturas de viaje, dando por saco 4000 o 5000 km, poco se podía negociar. Resulta que el eslabón de cierre (remachado) se había jodido de tal forma que cuando le tocaba engranar con la corona pegaba con el diente en lugar de cuadrar en su sitio. Mal asunto. Tenía dos opciones: buscar algún sitio en Agosto que me la cambiase o tirar arriesgando a que rompiese y liarla parda…

Yo es que soy muy risky así que conduciendo con cariño y lubricando como si fuera la vida en ello iríamos haciendo camino

——–

El siguiente día madrugamos a maldad. Ya habíamos tenido suficiente con los atascos del día anterior. Conseguimos salir de Alemania sin muchos problemas.

Entramos en Francia y ya se nota el choque térmico. A medio día ya hace un calor asfixiante y solo tenemos ganas de parar a hidratarnos con líquidos bien fríos y helados.

Para que no nos aburriésemos, aparece una nueva avería. La F650GS de Luís no arranca tras una parada en un área de servicio!

Suerte que alguien traía un arrancador tipo power bank y se lo pudimos enchufar… aunque en esta moto la batería está en el falso depósito y hay que quitar unos cuantos plastiquetes cada vez…

(perdón por la foto horrible pero la cámara se empañó)

Al parecer el alternador estaba fallando, pero al menos una vez arrancada, la moto funcionaba… de momento.

Esta noche pernocatríamos en un triste Ibis budget al que llegaríamos empapados en sudor. Suerte que en la habitación había aire acondicionado a tó trapo! Cenamos en un restaurante algo de carnaza para subir los ánimos de nuevo.


Hoy nos proponemos salir a las 5.30 de la mañana, así recorrer el máximo tramo sin tráfico y sin calor.

El GPS dice que nos queda un trecho, así que vamos!

Abandonamos Francia con un tráfico fluído y sin viento… lo nunca visto!

Nos despedimos de Jose que hará su camino hacia Asturias.

Las horas y los kilómetros pasan lentos y cada vez cuesta cubrir las distancias entre paradas

Hoy la F650GS está juguetona, parece que la corriente que genera el altrnador no llega para mucho y a veces las luces no se le encienden del todo… ya veremos si no se le para en marcha… al menos vamos en recto

En los peajes tiene que mantenerla bastante revolucionada para que no se pare. Los de la cabina se le quedan mirando atónitos mientras lo ven sufrir para sacar la tarjeta con una sola mano.

A medio día Borja nos dice que ellos se apean. Que Elena se encuentra muy mal, está con temblores y frío (si hará 35ºC!!!!). Parece que se ha pillado un buen resfriado con tanto refresco y arie acondicionado. Yo también tengo la garganta tocada, probablemente con infección, pero al menos no me encuentro mal.

Para sumar más diversión, al entrar en este área de servicio Borja se da cuenta de que se está quedando sin embrague! Nos ha mirado un tuerto o qué!!?!?!?!!

Acordamos que ellos se quedarán atrás e irán a su marcheta hacia casa.

Ahí nos tienes:
– A Luís sin alternador
– Borja sin embrague
– Manolo sin aceite ya en una botella de la horquilla
– A mí con la cadena tiritando
– Elena mala…

Y todavía nos queda un trecho… pero bueno.. somos MotoRutones o huevones?

VAMOS!!!

Y tanto que fuimos, con más pena que gloria conseguimos llegar sanos y salvos a nuestras casas!

19 días, 11.000 kilómetros, 6 países, 7 amigos que después de todo solo pensamos en montar la siguiente… y que sea así por mucho tiempo!!!

Gracias a los que nos habéis aguantado y habéis viajado con nosotros


Deja un comentario